Aquel fue el verano de mi vida.

El verano en que conocí al chico de mis sueños.

Por desgracia, estaba fuera de mi alcance.

Era el hijo de mi arrogante jefa y sabía que su madre se opondría a lo nuestro.

Pero Gavin era un rebelde. Y creía que solo debíamos ir con cuidado.

Él nunca me trató como lo hacía su madre, nunca me vio como a alguien del servicio doméstico.

Gavin me adoraba y me amó más de lo que jamás lo había hecho nadie.

¡Menudo verano!

Hasta que todo acabó. Mal.

Se suponía que no debía volver a ver a Gavin.

Pero eso no me impidió pensar en él todos los días de mi vida, durante diez años.

Ahora que el tiempo había pasado, apenas sabía nada de él; solo que era empresario y que vivía al otro lado del océano.

Cuando un giro del destino quiso que volviera a trabajar en el mismo lugar en el que empezó nuestra historia, sabía que solo era cuestión de tiempo que volviéramos a encontrarnos.

Pero yo no estaba lista.

¿Y si me odiaba?

¿Y si ahora amaba a otra persona?

No estaba preparada para enfrentarme a las respuestas.

Pero, sobre todo, no estaba preparada para enfrentarme al día en que volvió.

Raven trabaja junto a su madre en una mansión en Palm Beach donde se encargan del servicio doméstico. Allí conocerá a Gavin, el hijo de los propietarios de la mansión, con quien protagoniza un intenso amor de verano. Diez años después por obra del destino se reencuentran de forma inesperada y ambos saben que tienen una conversación pendiente.

Aunque todos sepamos el final de estas novelas debo decir que en esta ocasión se me ocurrió leer la sinopsis (cosa que casi nunca hago) y es un spoiler de todo el libro, la verdad es que no deja prácticamente nada a la imaginación. Mi recomendación es que no leáis la sinopsis.

La historia está dividida en dos partes: presente y pasado, narrado a través de flashbacks 10 años antes. Y podemos conocer lo que sucedió con su relación después de aquel verano en el que se conocieron. Además también está narrado a dos voces para poder conocer mejor a nuestros protagonistas

Cuando leo libros de romances repletos de clichés me gusta encontrarme algunas subtramas donde se toquen temas interesantes que le puedan aportar algo diferente a la historia y Penelope Ward en general lo hace siempre muy bien en sus historias. En este libro algunos temas que se abordan son el alcoholismo, la demencia, el cáncer,... es cierto que no los aborda con excesiva profundidad ya que es un libro de unas 300 páginas y no le puedes pedir mucho más, pero te resulta una lectura muy fácil y rápida, en apenas unas horas lo puedes tener leído y creo que podría sacar a alguien de un bloqueo lector.

He tenido la sensación de que en este libro la historia de amor entre los protagonistas sucede muy deprisa, a mi en algunos momentos me ha resultado algo instantlove y me hubiera gustado que profundizase un poco más en los sentimientos.