«El conocimiento otorga protección.»

Ese es el lema oficial de la Escolomancia. Supongo que podríamos decir que es cierto. El problema es que aquí resulta muy difícil aprender, por lo que la protección de la que disponemos es más bien escasa. Nuestro estimado colegio hace todo lo posible por devorar a sus alumnos, pero ahora que estoy en último curso y me he agenciado unos cuantos aliados, ha desarrollado de repente un antojo de lo más particular por mí. Incluso si consigo sobrevivir a las interminables oleadas de maleficaria con las que me obsequia entremedias de los agotadores proyectos para clase, no tengo ni idea de cómo mis aliados y yo vamos a salir vivos del salón de grados. A no ser, por supuesto, que acepte de una vez mi profetizado destino y sucumba a la magia oscura y la destrucción. Desde luego, de esa forma saldría en un santiamén. Adentrándome en la senda del conocimiento, sin duda. Pero no pienso rendirme: ni a los mals ni al destino, y mucho menos a la Escolomancia. Saldré de este horrible lugar con mis amigos aunque sea lo último que haga.

OPINIÓN PERSONAL

“El último graduado” es la continuación de “Una educación mortal”, tenía muchas ganas de leerlo ya que el primero lo disfruté mucho.

Lo primero que le llamó la atención para leer esta trilogía fue esa mezcla entre Harry Potter (por el tema de la escuela de mágia) y LJDH (porque esa escuela parece campo de batalla donde solo salen unos pocos) son dos sagas que me encantan y me intrigaba mucho como sería eso. Además de estos elementos la autora nos presenta una ambientación tan dark academia, un lugar lleno de monstruos y esa fina línea que separa el bien del mal que a veces te cuesta distinguir quienes son los “buenos”.

Para quien no haya leído el primer libro de la trilogía, La Escolomancia es un internado mágico aislado del mundo y únicamente conectado con el mundo exterior a través de un pasillo que una vez que entras a los 14 años solo se abre el día de tu graduación cuatro años después si es que sigues estando vivo. Es una escuela un tanto diferente ya que está plagada de multitud de maleficaria o también llamados "mals" que campan a sus anchas por el colegio, en busca de jóvenes magos, no hay profesores, eres completamente autodidacta si quieres sobrevivir,  tampoco existen las vacaciones y las amistades mayoritariamente son pura estrategia de cara a la futura graduación y si consigues superarla unirte a un enclave.

Como no quiero hacer ningún spoiler, solo voy a deciros que en este libro acompañaremos a El y sus compañeros en su último año en La Escolomancia y a esa graduación de la cual solo salen unos pocos.

Creo que uno de los puntos fuertes que tiene esta trilogía es que esa ambientación que nos presentó en el primer libro sigue igual de oscura y la tensión de lo que sucederá va en aumento puesto que ya no hay tanta introducción al mundo que ha creado la autora, es decir, ya conocemos el peculiar funcionamiento de la escuela y a los personajes. En este libro se centra más en la acción, pero no es hasta el último tercio del libro donde verdaderamente sentí que la acción se acelera, de hecho el final, medre mia, por favor que no tarden un año en sacar el tercer libro.

A mí personalmente no me parece una trilogía de fantasía ligera, al igual que en la primera parte hay bastante monologo interior de la protagonista, pero como es el segundo libro esos monólogos interiores no se te hacen tan densos como el primero donde te hablaba del worldbuilding, también hay que añadirle falta de diálogos que le den algo de ligereza y los capítulos son en general muy extensos. Creo que es un libro que cuando me pones con el tienes que tener tiempo para dedicarle, no es el típico libro de un capitulo y a dormir.

El y Orion, siguen en ese punto de “enemies to lovers” que en general lo gozas bastante porque reconozco que El tiene su punto a la hora de interactuar con Orion.

Ha sido una lectura que, aunque no me resulta ligera de leer, lo he disfrutado mucho al igual que el primero y el final me ha dejado ganas con saber el desenlace.