Un amor abstracto se delimitó con cada mirada, palabra y acción, hasta definirse como una relación fascinante en su sencillez, y, a veces, en su complejidad.

Kansas Shepard es una espontánea y cómica universitaria que siempre termina enredada en líos que no ocasiona. Malcom Beasley, por otro lado, es del tipo de personas que evitan todos los problemas. Él sigue una rutina estructurada y permanece lejos de los rebeldes ciclones de los sentimientos humanos y de los imprevistos.

Cuando estas dos personalidades deben vivir bajo el mismo techo, la coexistencia, que parecía imposible en un principio, resulta ser el detonante de una aventura que terminará por arrasar tanto con el corazón de Kansas como con el del jugador de los Jaguars, el número 27.

¿El resultado?

Un touchdown.

OPINIÓN PERSONAL

Kansas Shepard es la hija de Bill, entrenador de los Jaguars de Betland y su padre ha decidido acoger en casa a su nuevo jugador recién llegado de Londres, Malcom Beasley, más conocido como el número 27. No empezarán precisamente con buen pie, pero están obligados a llevarse bien ya que ambos conviven bajo el mismo techo.

Aunque el romance entre Kansas y Malcom es algo instantlove y no suele ser de los clichés que más disfrute con este libro  al tener casi 700 páginas no lo sentí así tan rápido todo entre ellos. No sé por qué cuando lo estaba leyendo pensaba que había pasado más tiempo desde que se conocen los protagonistas y no es hasta casi el final cuando me di cuenta que fue apenas un mes lo que abarca el libro. Supongo que la extensión y la cotidianidad de la historia me hicieron pensar que abarcaba más tiempo y me hicieron disfrutar del romance al no pensar de inicio que era un instantlove.

De las cosas que más me han gustado es que la relación de los protagonistas es súper sana, respetando al otros (como debería ser), muy tierna,.. Ambos protagonistas son muy maduros para la edad que tiene ya que por circunstancias personales tuvieron que crecer rápido y eso se nota porque tienen bastante comunicación. Al contrario de lo que mucha gente piensa en Wattpad sí hay historias con romances sin toxicidad y este libro de Ludmila es uno de tantos ejemplos.

La autora ha conseguido que me encariñe no solo de los protagonistas, Kansas y Malcom, sino con todos los personajes secundarios como Zoe, de la que me encariñé en las primeras páginas, Bill, a pesar de que al principio no me cayera muy bien, y todo el equipo de futbol Timberg, Gabe, Joe,...

La verdad es que ha sido un libro que me ha ayudado un montón ya que venía de leer mucha fantasía y necesitaba algo de este estilo para no entrar en bloqueo. A pesar de tener casi 700 páginas me ha parecido un libro súper adictivo, ligero y muy rápido de leer. Me ha gustado mucho la forma de escribir de la autora.

Este libro es el primero de la saga Goodboys y estoy deseando seguir el segundo. Nunca había leído antes a esta autora, pero me ha encantado conocerla a ella y a sus libros. Tengo ganas de leer el siguiente porque Zoe me ha encantado y tengo ganas de verla de adulta en la universidad.